Por
fin se ha terminado la espera, ayer dio comienzo la COP 21, esa que algunos se
han atrevido llamar “la última gran esperanza” para resolver el problema del
cambio climático. Una COP que efectivamente se nos ha presentado desde hace
tiempo como la buena, la de verdad, la COP en la que vamos a resolver este
problema entre todos.
Pero
por mucho que quiera ser optimista no puedo evitar dejar de tener la sensación
de haber vivido esto con anterioridad.
Y
es que si leemos las noticias que han ido apareciendo en los distintos medios
de comunicación de un tiempo a esta parte, no es extraño que nos invada esa
sensación de deja
vu: Secretarios de Estado diciendo
que son optimistas pero realistas y dando la sensación de querer dar más
importancia a las emisiones de China y USA; China diciendo que también es
optimista, pero al mismo tiempo considerando los compromisos de los países
desarrollados como “Insuficientes”; el secretario de Naciones Unidas
insistiendo sobre la necesidad de llegar a un acuerdo “ambicioso y vinculante”,
Estados Unidos reclamando transparencia…
Ahora es Paris, pero estas mismas declaraciones basadas en el optimismo, suenan mucho a las escuchadas antes en las pasadas COP en Lima, Varsovia, Doha, Durban o Kyoto.
Aun
así como digo, por lo que conocemos hasta ahora, no soy pesimista, más bien todo lo contrario, y no porque lo sea por naturaleza, sino
porque saber que Canadá, Francia, Alemania, Reino Unido, Japón, Italia y
Estados Unidos van a esta nueva COP, con la intención de ser carboneutrales para 2100 y que China está
apostando por un futuro basado en renovables, me hace pensar que en esta
ocasión los gobiernos son conscientes de los riesgos y oportunidades del cambio
climático.
Y
por qué no pensarlo, sólo porque en 20 años de negociaciones de Naciones Unidas
en temas del cambio climático, las emisiones globales se hayan incrementado en
un 63%, o porque acabamos de ver como los gobiernos de Europa se rinden al
lobby automovilístico, o porque la Comisión Europea acabe de rebajar las
exigencias que los estados deberán cumplir en cuanto a reciclaje y
reutilización de recursos o incluso porque el Gobierno francés haya detenido
ayer domingo a cientos de manifestantes que pedían un mayor control y
compromiso contra el cambio climático… Nada de esto significa que en esta COP
nos vayamos a llevar otra decepción ¿verdad?.
Y
ya tengo otra vez la sensación de haberme hecho esta pregunta más veces…Eso sí,
una cosa es segura, esta pregunta no nos la vamos a poder hacer durante muchos
años más, bien porque se llegue al acuerdo necesario para evitar el incremento
de más de 2 grados de la temperatura de la tierra, o bien porque ya no habrá marcha
atrás.
Personalmente creo o más bien espero que sea por la primera de las dos opciones, pero por si acaso, desde las organizaciones, empresas y cada uno como individuo debemos hacer llegar a nuestros responsables políticos nuestro compromiso con la reducción de los gases de efecto invernadero y exigirles que en las negociaciones de París se firme un acuerdo vinculante para la reducción global de las emisiones.