viernes, 6 de mayo de 2016

Residuos sólidos urbanos. ¿Estamos empezando la casa por el tejado?

Parece que en las últimas semanas el tema de la gestión de residuos urbanos ha vuelto a tener la importancia que se merece y es que, aunque ahora se habla tanto de este tema principalmente por hacerse pública la intención de La Conselleria de Agricultura, Medio Ambiente, Cambio Climático y Desarrollo Rural de Valencia de implantar un sistema de Depósito y Devolución de Residuos (SDDR). Este es un tema de tal impacto ambiental, que debería haber tenido la importancia que se merece mucho antes.

Y es que no debemos olvidarnos que en los planes de la Unión Europea se pide a los gobiernos que reciclen el 70% de los residuos municipales y el 80% de los residuos de envases de aquí a 2030, y se prohíbe arrojar residuos reciclables en vertederos a partir de 2025.

Esto significa que los plásticos, los metales, el vidrio, el papel y el cartón, y los residuos biodegradables deberán ser gestionados de otra manera diferente al de depositarlos en los vertederos. Una tarea nada fácil si tenemos en cuenta la cantidad de residuos urbanos que acaban en vertedero en muchos de los países de la Unión Europea, como por ejemplo en España donde se supera el 50% de los que se generan.
Pero centrándonos en el caso que nos ocupa, estos planes de la Unión Europea significan que, en menos de 10 años, todos los residuos de plástico, papel, y cartón y otros residuos derivados de los envases reciclables generados por consumidores en la Unión Europea, deberán ser segregados correctamente para evitar que lleguen al vertedero. 

Actualmente, según los datos más recientes de la Agencia Europea de Medio Ambiente (Packaging Waste Statistics, Abril 2015. Eurostat) en España se recogen correctamente el 73% de los residuos de envases, situándonos 5 puntos por debajo de la media europea.

Según Recovery rate of packaging waste, la situación por países es la que recoge el siguiente gráfico:

 
Unos datos de recogida de envases que está encabezada por Bélgica y Alemania con un 97% cada uno. Unos países, con distintos métodos de segregación y recogida de residuos urbanos. 

Mientras que en Alemania llevan un tiempo utilizando un sistema similar al español de distintos contenedores, apoyado con una sistemática análoga a la que se quiere implantar en Valencia para los envases de bebidas (mediante el cual se paga una cantidad por envase, que se devuelve al retornar el mismo), en Bélgica existen unas bolsas oficiales para depositar los residuos con un precio de entre uno y dos euros dependiendo del tamaño (4 tipos distintos de bolsas más el vidrio). Es decir, en los dos países de la UE con una tasa de segregación de residuos urbanos cercana al 100% han ido más allá de lo que hacen otros países de la Unión, implantando medidas que, aunque costosas económicamente para la administración y tediosas para el ciudadano, han tenido el éxito buscado.

En este artículo no pretendo entrar en si es mejor un método u otro ya que, como se ha recogido en los medios de comunicación en los últimos días, hay muchas teorías para apoyar los SIG otras para los SDDR pero lo que sí que me gustaría comentar es que con esta reflexión, tengo la sensación de que estamos empezando la casa por el tejado.

Me explico, según los expertos en el tema de los residuos urbanos (y la legislación Europea), para conseguir la optimización del tratamiento de los residuos de nuestras ciudades, debemos seguir la llamada “Jerarquía de los Residuos”, que no es otra cosa que trabajar para conseguir la economía circular.

Esta jerarquía de los residuos, lo que nos dice es que:

Primero se debe trabajar en la reducción en origen. Es decir, las empresas que comercializan los bienes, deben trabajar en:
  • Reducir la cantidad de empaquetado por producto puesto a la venta.
  • Sustituir las materias primas de sus empaquetados. Utilizando materias “bio” en vez de basadas en petróleo.
  • Trabajar en la investigación y desarrollo para conseguir, en el futuro, utilizar empaquetado sin impactos negativos.
Segundo, se debe fomentar la reutilización. Es decir, las empresas y los gobiernos deben trabajar para conseguir que el ciudadano piense si se le puede dar una segunda vida al empaquetado de los productos antes de tirarlos a la basura. Una nueva tendencia, que se basa en la idea de la reutilización, son los nuevos supermercados que están surgiendo por algunos países de Europa, en los que no se venden productos empaquetados, sino que es el cliente el que debe ir al supermercado con los envases (reutilizables) necesarios. La misma idea que se está consiguiendo poco a poco con las bolsas de plástico, donde ya no es infrecuente ver a los clientes con sus propias bolsas.

Y, por último, como tercer aspecto, se debe fomentar el reciclaje. Pero es que incluso antes de comenzar a discutir qué método de recogida de residuos urbanos es la óptima, en esta fase de la “Jerarquía de los Residuos”, primero se debe trabajar en la concienciación. Por ejemplo, todavía el 41% de los europeos no se esfuerzan más en manejar correctamente sus residuos porque piensa que es responsabilidad de las empresas y no suya como consumidor final, y al 71% le gustaría conocer más sobre lo que pasa con sus residuos, mientras que a casi la mitad de los europeos demandan más información sobre cómo y dónde separar correctamente los residuos de su hogar.

Así que creo que no debemos desviar la atención de lo realmente importarte, y comenzar a trabajar todos juntos para conseguir reducir año a año los residuos de nuestras ciudades.