Después de un corto periodo vacacional, vuelvo a atender el blog con el que tengo la oportunidad de exponer algunas ideas o comentarios que considero podrían ser de utilidad en el objetivo en el que estamos comprometidos, que no es otro que el de conseguir facilitar a las organizaciones el proceso hacia la sostenibilidad.
En este objetivo, como ya hemos tenido
ocasión de comentar, en el ámbito de las organizaciones considero que es básico
el disponer de un Sistema de Gestión Ambiental (SGA), el cual, como componente
e integrante del sistema general de gestión de la organización, aporte los
criterios para encauzar, medir y evaluar el funcionamiento de la misma, con el
que asegurar que sus operaciones se lleven a cabo de forma alineada con la
reglamentación ambiental aplicable y la política corporativa definida
internamente.
Como todo sistema de gestión, los
Sistemas de Gestión Ambiental no consiguen por sí mismos una disminución
inmediata del impacto ambiental de las organizaciones, sino que son
instrumentos que posibilitan a las mismas la consecución del nivel ambiental que
ellas deseen.
Es decir, la mejora del comportamiento
ambiental, es el fin; en tanto que los Sistemas de Gestión Ambiental son el
medio para conseguirlo.
En este entorno, un elemento fundamental
de los SGA es el correspondiente a la forma de valorar la situación real en el
que la empresa se encuentra, para lo cual se hace preciso interpretar las
informaciones y datos de que se disponga, pero ejerciendo sobre ella un control
efectivo que permita resumir
los datos existentes y apoyar de esta forma a los directivos en su toma de
decisiones. Escenario en el que asumen un gran protagonismo los
denominados Indicadores Ambientales, que no son más que información
simplificada y cuantificada que ayudan a explicar cómo cambian las cosas a
lo largo del tiempo o del espacio.
Si bien en el ámbito de las auditorías
internas operativas son de uso frecuente los denominados KRI´s,
indicadores de riesgos clave por su siglas en inglés, o los KPI´s,
para los indicadores claves de desempeño, en la actividad ambiental se utilizan
los denominados Indicadores Ambientales, los cuales deben sintetizar la
información disponible en las Organizaciones en un grupo de ratios
representativos de los aspectos más significativos de estas, ayudándolas a gestionar,
cuantificar y comunicar a las partes interesadas, su comportamiento ambiental,
permitiendo establecer objetivos medioambientales cuantificables que pueden
utilizarse para medir el éxito o fracaso de las actuaciones que hayamos
efectuado
Pero ¿Qué Indicadores Ambientales deben
implantar las organizaciones?
Pues bien, la respuesta no es sencilla.
Ya que esto dependerá de muchos factores, como son, el tipo de organización al
que nos refiramos, la localización geográfica de la misma, o los impactos
ambientales derivados de su actividad.
En este contexto las organizaciones
deberían seleccionar aquellos indicadores ambientales que resulten más
relevantes para su actividad, para lo cual deberemos hacernos una serie de
preguntas para determinar aquellos que vayamos a emplear y calcular.
Como se ha comentado al principio del
artículo, el SGA, como Sistema de Gestión Empresarial que es, ha de estar basado en un ciclo de mejora
continua, en el que, año tras año, se vaya incrementando el nivel de exigencias
que debamos requerirle.
No obstante lo anterior, cuando una
empresa está dando sus primeros pasos, en su largo, pero satisfactorio camino
hacia la sostenibilidad, es muy probable que surjan algunas preguntas respecto
de los indicadores ambientales que podríamos emplear. Como por ejemplo las que
a continuación se señalan:
¿Cuál es la magnitud del impacto sobre el
medio que entendemos razonable?
¿Qué esfuerzo supondrá conseguir los
datos?
¿Cuál será la fiabilidad de los datos?
¿Servirán para implantar o mejorar planes
de acción a corto o largo plazo?
¿Serán comparable a lo largo del tiempo?
¿Qué aspectos son importantes en mi área
de actuación y de impacto?
Atendiendo a lo que señalan los expertos
en estos temas, lo que debemos tener muy presente para poder contestar estos
interrogantes, es que un paso previo en el establecimiento de los indicadores
ambientales es hacer el inventario de los problemas ambientales de nuestro
entorno.
Para ello podemos utilizar varias
herramientas existentes actualmente, como por ejemplo el Environmental
Performance Index, que
nos ofrece información detallada por país en temas relacionados con la
vitalidad de los ecosistemas (Biodiversidad, agua, cambio climático…) y la
salud ambiental (Calidad del aire, impactos sobre la salud…)
Así pues las organizaciones deberían
empezar por conocer dónde se ve más afectado el medioambiente por sus
actividades y qué efectos causan. Basándose en esta información, los primeros
indicadores ambientales se deben seleccionar e integrar en un sistema, donde se
tengan en cuenta consideraciones internas y externas, comparándose entre ellas.
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